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miércoles, 17 de julio de 2013
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Renuevan El Capitolio de La Habana



LA HABANA, Cuba, julio, Tras décadas de abandono y maltratos, El Capitolio, antigua sede del Congreso de la República, ha cerrado para reparaciones. 

Eusebio Leal, Historiador de La Habana, afirma:
“El Capitolio es un Monumento Nacional. Lo fue y lo ha sido desde el momento de su construcción… a lo largo de los años ha sufrido las condiciones propias del clima tropical de Cuba. La cúpula, por ejemplo es lo suficientemente alta como para recibir la salinidad del mar, además de los vientos del norte y huracanes. Con el tiempo, dejaron de funcionar prácticamente todos los bajantes pluviales por tupiciones en las azoteas y las filtraciones dañaron lugares que jamás debieron haber sido dañados. No funcionaba el sistema de pararrayos: un peligro espantoso”.

Tanto o más espantoso que las tormentas eléctricas, es el abandono sufrido por el Capitolio. Según el inventario de calamidades que hace Leal, “patios enteros estaban cubiertos de placas de hormigón que se fundieron para evitar la entrada de agua ante la imposibilidad en su momento de dar otras soluciones más adecuadas. Todo ha sido demolido. Debajo de la escalinata también había serios problemas estructurales por utilizarla para bajar grandes pesos. El deterioro viene dado, en parte, por los diversos usos que se le dio a la edificación. Después de ser Cámara y Senado [hasta  1958] se convirtió en museo y hubo que realizar grandes adaptaciones […] Inevitablemente, el cambio de uso de un edificio, creado con una determinada función, modifica, quiérase o no, el ambiente interior…Todo esto reporta daños inevitables” (1).

El menoscabo del Capitolio comenzó en 1959, con el triunfo castrista, que desdeñó el ícono nacional como representación del pasado. Otra edificación emblemática, el Palacio Presidencial, ubicada cerca del Capitolio, también está en reparación, por parecidas causas de deterioro. Perdió su función independiente y se recicló como Museo. 

Eusebio Leal cuenta que Raúl Castro “había comentado ante los diputados a la Asamblea Nacional que algún día habría que regresar al Capitolio”.  ¿Será  retomado como símbolo nacional? Si así fuese, no bastaría. ¿Devolverán también su vigencia a la Constitución del 40? ¿Se restablecerá el poder Legislativo con sus dos cámaras en sus respectivos hemiciclos? ¿Y los poderes Judicial y Ejecutivo?

De no ser así, el traslado de la unicameral  Asamblea Nacional al Capitolio solo cubriría apariencias, además de servir como atractivo turístico para captar divisas.
El Capitolio Nacional, joya patrimonial, ha trascendido épocas. Trascenderá incluso la actual etapa del gobierno más largo de la historia republicana. Su reconstrucción salvadora, antes que se desplome como tantos otros palacios coloniales y edificios patrimoniales, merece sinceros aplausos. Los gobiernos pasan, las obras quedan.

Fuente: CUBANET


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