Publicidad

sábado, 10 de agosto de 2013
0 comentarios

Sobre vallas: pugnas, récords y Orlando Ortega en busca de legado

Ortega: Sé que necesito trabajar en la arrancada y el inicio de carrera, mi potencia viene después de la cuarta valla y he ido puliendo mi técnica de ataque.

Obstáculos, de ellos está plagado el largo sendero de la vida. Hay quienes incluso desarrollan una especie de capacidad para sortearlos y emerger vencedor. En ese plano, desde una perspectiva netamente deportiva, se encuentra Collin Jackson. Nadie ha corrido en Campeonatos del Mundo como él. Su firma 12.91 segundos, marca registrada, está latente desde hace 20 años, en Stuttgart 1993.

Desde entonces, solo el estadounidense Allen Jhonson (12.93 en Atenas 1997) y el chino Liu Xiang (12.95 en Osaka 2007) han sido capaces de coronarse y rebajar de los 13 segundos.

 Ahora, en el estadio Luzhniki de Moscú, el panorama se presagia diferente, tanto en los hombres como en las damas. Fresco todavía en la memoria de todos, la carrera de la australiana Sally Pearson, capaz de destrozar con 12.28 la añeja cota anterior de 12.34, en poder de la búlgara Ginka Zagorcheva desde Roma 1987.

Las rivalidades están exacerbadas y hasta mediatizadas en una dimensión un tanto grandilocuente, en mi modesta opinión. Pero ya el secundario de la capital rusa marca la hora del show time, con una jugosa suma total de 7 millones 194 mil dólares disponibles en premios para recordistas, medallistas, e incluso finalistas.

Un festín en el que muchos aspiran a degustar su tajada de pastel, pero al cual solo ocho podrán enseñar su invitación en la línea de largada.

De vuelta a las expectativas, los últimos años han sido prolíferos en sucesos de relieve para las vallas cortas, de ahí que no sea descabellado pensar en la caída de los actuales primados universales: hablamos de los 12.80 del norteño Aries Merrit, conseguidos el 7 de septiembre del 2012 en Bruselas, y de los 12.21 de la también búlgara Yordanka Donkova, el 20 de agosto de 1988.

El propio Merrit se perfila como uno de los candidatos de mayor rango para lograr una posible hazaña. Su 12.80 dejó boquiabiertos a muchos, pero en la actual temporada no ha exhibido ni la estabilidad ni esa aura para sortear los 110 metros con vallas. Merrit se inscribe como el tercer hombre de la nación de las barras y las estrellas, amparado en un nada despreciable 13.09. Sucede que potencia al fin, Estados Unidos, por la condición de presentar al monarca regente —Jason Richardson, quien apenas exhibe 13.20 en este 2013—, tiene cuatro obstaculistas en concurso. El al parecer rejuvenecido David Oliver (13.03) comanda la legión, redondeada con el no menos experimentado Ryan Wilson (13.08).

El panorama entre las féminas fue mucho más quebradizo para las norteñas a la hora de definir armada que entre varones. El debate y oposición a la Pearson se lo ofrecerán la jovencita de casi 20 años, Brianna Rollings (12.26), Dawn Harper (12.53), Queen Harrison (12.43) y Nia Ali (12.48).

Ortega e Ignacio Morales entre tanto glamour

Uno dispuesto a defender la tradición con piernas, músculos, pinchos, uñas; otro en pos de rebajar lo más posible ese 13.48 con el que se clasificó a esta cruzada mundialista, insuficiente a mi juicio para acceder a semifinales.

Se trata de los cubanos Orlando Ortega (29 de julio de 1991) e Ignacio Morales (28 de enero de 1987). Ciertamente, el cetro les ha sido esquivo a nuestros representantes en este tipo de certámenes. Las dos platas de Anier García con idénticos 13.07 en Sevilla 1999 y Edmonton 2001 ha sido lo más cerca que hemos estado de conseguirlo. Emilio Valle, el propio Anier, Dayron Robles, Joel y Yunier Hernández, han sido algunos encargados de defender al máximo nivel esa casta antillana. Recuerdo que el avezado entrenador Santiago Antúnez lo describió como una combinación de físico, ritmo y esa gracia extrapolada del son y la salsa al cruce de obstáculos. Fenómeno sui géneris.

De vuelta a Ortega, su temporada tuvo matiz de dilema: estampó crono cúspide de 13.08 (lo sitúa en el puesto 25 de todos los tiempos) el primero de junio en Eugene, estado de Oregón, y a la vuelta de poco más de un mes fue sancionado por no presentarse en el Challenge de Moscú. La sentencia fue de seis meses sin competir en la arena internacional, pero su actitud, condiciones y proceder fueron determinantes para que las autoridades del INDER le levantaran el castigo y procediera su apelación. Puede que ese impás en su ruta crítica competitiva lo haya afectado, pues el 27 de julio último tuvo que abandonar su carrera en la parada número 11 de la IV Liga del Diamante, último examen previo a la hora cero dominical en Moscú. 


En pos de preservar la estirpe y establecer su legado, el artemiseño de 1.88 metros de estatura y 75 kilogramos de peso deberá conjugar todos lo elementos sobre los cuales ha estado trabajando desde que culminó sexto en los Juegos Olímpicos de Londres:

«…Sé que necesito trabajar en la arrancada y el inicio de carrera, mi potencia viene después de la cuarta valla y he ido puliendo mi técnica de ataque. Antes le entraba con ocho pasos al primer obstáculo, y por causa de eso creo que perdí la plata en los Panamericanos de Guadalajara. Ahora, con siete todo es más fluido y luego tres entre cada obstáculo…

«…Los cambios de ritmo son un elemento importante para mejorar la capacidad de reacción en la arrancada y buscar oxigenar y administrar las fuerzas en los remates, tras cruzar la décima valla…»

Esas cuestiones de seguro las ha modelado cientos de veces Ortega en su mente. Cada paso, cada músculo, cada elemento técnico. Hallar el punto exacto para dar ese salto felino sobre los 10 obstáculos, principio y fin de la pista. Una película que oscilará entre 12.80-13.40 segundos de duración para los agraciados finalistas. Potencialidades tiene, técnica también. Esperemos que la suerte y la fe corran a su lado.

Fuente: CUBASI

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Toggle Footer
Top