La carta más sólida en el plano de las pretensiones de reencontrar la ruta dorada sin dudas la constituye la pertiguista Yarisley Silva.
Moscú
no tendrá el mismo atractivo que se pudo presagiar poco más de dos
meses atrás. Esa es una realidad irrefutable, sobre todo partiendo de la
idea de que el hectómetro, en uno y otro sexo, dejará de ser ese manjar
tan anhelado, y otro tanto sucederá con las postas del 4x100, luego de
destaparse, como casi siempre sucede previo a toda competición suprema,
la Caja de Pandora del dopaje.
En
ese saco cayeron muchos de los “monstruos”, llamados a devorar
distancias y desafiar a Cronos. Así se notará en extremo la ausencia en
esos posibles duelos de los bólidos Tyson Gay (Estados Unidos-9.75 y
9.79 segundos en 100 además de 19.74 en 200), y los jamaicanos Asaffa
Powell (9.88), Nesta Carter (9.87), Verónica Campbell (lejos de sus
registros cimeros con 11.01 y detectada con anterioridad) y la líder
anual Shelly Ann-Fraser Pryce (10.77 el pasado 27 de julio en Londres).
Ante
semejante oleada y en aras de mantener la transparencia del evento
catalogado por muchos como el tercer espectáculo a nivel mundial tras
Juegos Olímpicos y Copa del Mundo de la FIFA, los organizadores
anunciaron que pondrán en práctica el programa antidopaje más completo
jamás visto en estas lides, consistente en una triple estrategia que no
dejará sin cubrir nada del antes, el durante y el después del certamen.
Así,
hasta la fecha más de 200 presuntos atletas inscritos fueron sometidos a
controles sorpresas de orina en los últimos dos meses, ya sea en sus
campos de entrenamientos o en cualquier competición preparatoria.
Los
especialistas explicaron que la segunda parte estribará en la
realización de análisis de sangre destinados a actualizar los
obligatorios pasaportes biológicos de los atletas, y dar seguimiento a
aquellos cuyos parámetros están fuera de lo normal, igualmente antes de
ver acción.
Por
último Después serán sometidos a recogidas obligatorias de muestras de
orina los tres medallistas de cada evento y algunos otros seleccionados
al azar. En total los expertos esperan chequear entre 450 y 500
competidores.
¿BOLT CONTRA BOLT?
Ante
semejante panorama muchos pensarán que los 100 metros se conviertan en
algo así como Usain Bolt vs. el cronómetro, sobre todo conociendo que su
coterráneo y monarca defensor Johan Blake, igualmente verá los toros
desde la barrera producto de una lesión. Bolt cuenta con los 9.85 de
Londres, y su más fiero oponente será el norteño Justin Gatlin (9.89),
sin descartar a Mike Rodgers (9.96) y el británico James Dasalou (9.91).
Entre
las damas la nigeriana Blessing Okagbare (10.79), la trinitaria
Kelly-Ann Baptiste (10.83) y el trío de estadounidenses conformado por
Barbara Pierre (10.85), English Gardner (10.85) y Octavious Freeman
(10.87), aparecen como sólidas candidatas, mientras los relevos de
Estados Unidos y Trinidad y Tobago, pudieran disputarle el pulso con
mayor rigor a los de la tierra del reggae esta vez.
Obviamente
esos no serán los únicos duelos de relieve, existirán muchos otros que
iremos dilucidando por el camino, algunos con presencia cubana como el
que de seguro brindarán los pinchos del triplista Pedro Pablo Pichardo,
quien debutará con 20 años en estos certámenes. Su comportamiento ante
los mejores de su modalidad ha sido en extremo irreverente, así dan fe
sus estirones de 17.69, 17.58 y 17.49. Los estadounidenses Christian
Taylor (17.66-as mundial defensor y olímpico) y Will Claye (17.47), los
franceses Teddy Thamgo (17.47) y Yoann Rapinier (17.45), y el italiano
Danielle Greco (17.25) se perfilan como los contrarios más temibles, eso
sin dejar de tener en cuenta la presión que siempre merodea a los
principiantes.
La
carta más sólida en el plano de las pretensiones de reencontrar la ruta
dorada sin dudas la constituye la pertiguista Yarisley Silva: Dueña de
los cinco mejores registros (4.90, 4.85, 4.83 y par de veces 4.81), sin
embargo es la garrocha femenina una de las pruebas de mayor paridad en
la actualidad, con Jennifer Suhr (4.80), Elena Isinbaeva (4.78), Fabiana
Mürer (4.73) y Anastasia Savchenko (4.73), y Silke Spiegelburg (4.71),
como principales rivales de una decena con saltos superiores a los 4.65
metros. Por si fuera poco la Isinbaeva, quien anunció su retiro tras
caer el telón de la justa, querrá despedirse de su afición con un
performance digno de la propietaria de 28 cotas universales (15 al aire
libre y 13 en pista cubierta).
Ante
tal panorama queda otra interrogante que gira alrededor de los posibles
récords que caerán. En este sentido los más longevos están en poder de
la checa Jarmila Kratochvílová en los 400 y 800 metros con
impresionantes y respectivos 47.99 segundos y 1:54.68 minutos en la
primera versión de Helsinki, Finlandia, 1983.
Frescas
aún en el tintero, las correspondientes a la edición precedente de
Daegu 2011, donde el 4x100 de Jamaica estampó 37.04 segundos, la
australiana Sally Pearson cronometró 12.28 en los 100 con vallas, los
71.99 metros de la jabalinista rusa Maria Abakumova impactaron, y la
neocelandesa Valerie Adams igualó en la impulsión de la bala el 21.24 de
la francesa “Natalya Lisovskaya” en Roma 1987.
Solo
el saltador de altura Javier Sotomayor (2.40 en Stuttgart 1993) nos
mantiene en el selecto club de 21 países con recordistas, amén de que en
la actual temporada el ucraniano Bohdan Bondarenko (2.41 el 4 de julio
en Lausana), y el catarí Mutaz Essa Barshim (2.40 el primero de junio en
Eugene), lanzaron señales de alerta respecto a una marca que, con
fortuna, cumplirá dos décadas el próximo 22 de agosto.
Estas
son apenas algunas pinceladas de lo que a partir del sábado, cuando
suba el telón en el estadio Luzhniki moscovita, pudiera estar
ocurriendo. Nuestra comitiva (24 atletas luego de la lesión recurrente
en la pierna derecha del triplista Ernesto Revé), es la más reducida en
casi dos décadas. Por demás, sin afán de justificaciones, muchos de los
principales exponentes sufrieron interrupciones durante su preparación
producto de molestias. Con todo y eso confiemos en que los criterios de
selección de nuestros especialistas surtan el efecto deseado y al menos
se reencuentre la senda dorada, de la cual nos perdimos en suelo
sudcoreano hace dos años.
Fuente: CUBASI
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